sábado, 2 de febrero de 2008

Carnaval, carnaval, carnaval febrero, nanananana ...


Apenas quedan un par de días para la noche de Carnaval y no tengo disfraz. Bueno, tener, tener lo que se dice tener, tengo pero no decidido. Casi todos los años nos planteamos buscar uno para ir tod@s iguales. Pero este año no se si fué que como cae tan pronto nos pilló con el cerebro aletargado aún y falto de ideas, o que no nos apetece ponernos con aguja e hilo (o sea, que estamos vag@s). El caso es que no sabemos de que nos vamos a disfrazar. Acabaremos recurriendo al baul de los disfraces (en mi caso, caja de cartón pero que hace el mismo efecto) al que van a parar año tras año los "inventos" de esta época.
El año pasado lo teniamos un poquillo mejor. De hecho hasta tuvimos que elegir entre varias opciones. En un principio habíamos pensado un disfraz de Minnie Mouse, con su minifalda y sus orejitas. Incluso habíamos buscado fotos por internet y mirado telas de lunares para empezar a confeccionar. Pero entonces otra idea que nos atrajo más nos asaltó: de ganster. Era mucho más fácil, solo había que buscar ropa por casa (pantalón y camisa negros, chaleco, corbata y americana), comprar una pistola y un sombrero y pintarse una cicatriz en la cara. No había necesidad de cortar tela, medir, ni coser. Lo que no pensamos es que fuera tan complicado encontrar un sombrero de los años 50. Encontramos de payaso, mejicano, del oeste ... nada que se adaptara a nuestra idea. Ni quiero recordar la de tiendas que recorrimos aquel día, el útimo por supuesto, hacer las cosas con tiempo no entra en nuestro vocabulario. Pero al final aparecieron, allí estaban, justo los que necesitabamos y justo a tiempo.
Así que, dicho esto, me voy a bucear en mi "baul" de los disfraces a ver lo que encuentro.

Ciao